El barrio llega a La Pascasia en la novena edición de No Solo de Pan Vive el Hambre

No solo de pan vive el hambre

La despensa nacional Vol. 9

El barrio en la casa

Diana Orozco, La Calle Cocina

El 10 de septiembre, en nuestra novena versión de No solo de pan vive el hambre, llegan al caserón más lindo del centro de Medellín, el barrio, la esquina, el paradero, la bulla, el rebusque, el sabor de la calle, y con ambiente festivo, de recocha, bazar y convite recibiremos en La Pascasia a Diana Orozco y su cocina.

Diana es una mujer apasionada, dispuesta a gritar y hacer justicia con el sabor. Publicista de profesión y más tarde decidida cocinera. A sus 29 años dejó las empresas y las agencias para irse a estudiar cocina en Argentina donde se quedó por 5 años y regresó a Colombia cuando, en 2017 (más o menos) arrancaba el Acuerdo de Paz en el país, durante el segundo periodo presidencial de Juan Manuel Santos. Este ambiente político de cambio y construcción de un nuevo país, hicieron que Diana se cuestionara la manera en la que podría asumir un compromiso sociopolítico con su territorio desde la cocina, se hizo entonces consultora de la FAO para la seguridad alimentaria y trabajó en proyectos entre el Cauca, Nariño y el corredor Amazónico colombiano.

Luego viajó a México para asesorar el montaje de un restaurante colombiano y allí permaneció por 8 meses, tiempo en el que avivó esa reflexión profunda sobre lo que significa la comida para los ecosistemas sociales de los latinos, los que no se resisten a volcar la casa a la calle, una cultura que respira sus ingredientes, tradiciones familiares, recetas legendarias, sus necesidades y el rebusque para gestionarlas con su esfuerzo. Latinoamérica profesa a sus gentes una especie de amor comunitario en forma de carretillas, chazas, caspetes, toldos, puestos que alimentan la calle, a la gente de a pie, al de bajo presupuesto, entregando dignidad al transcurrir de su vida cotidiana y llenando de calidez en una dosis de sabor real a los de arriba.

Esa misma reflexión continúa verificando que las formas de comer son la radiografía social, política y geográfica de los países y en especial la comida callejera que mide el pulso de las ciudades y muestra de qué están hechos dichos lugares.

En su regreso a Colombia Diana trabajó una vez más con proyectos de seguridad alimentaria, en especial con familias cafeteras en el municipio de Abejorral Antioquia, esta experiencia le sirvió para entender las razones del arraigo de las cocinas tradicionales, esas que nos habitan en lo profundo y que se mueven del campo a la ciudad con la gente que migra, para hacernos el regalo de permanecer y compartir este legado en cualquier esquina en forma de Fast food criollo.

Los anteriores fueron suficientes argumentos para que Diana creara La calle cocina, una propuesta que concilia nuestros temores actuales a la comida real con los sabores de antaño llevados a un formato listo para llevar, un proyecto que hace el ejercicio juicioso de resumir ciudades y regiones en platos que hablan de alturas de montañas, de ríos, de fiestas, de sazones, de costumbres y semblantes del terruño entero.

La Calle Cocina tomó fuerza en el año 2020, cuando el equipo de su cocina hacía la gracia de enviar contentura al encierro pandémico en forma de ricos almuerzos colombianos empacados al vacío.

En esta próxima despensa nacional tendremos el paisaje popular acompañado por los sabores de La Calle Cocina, que con la técnica e innovación de una cocinera profesional, hecha con pulso fino, a punta de sabor y buena factura busca perfeccionar preparaciones tradicionales y con los mismos ingredientes que han atravesado el tiempo en un país de guerra y pobreza hoy busca desafiar el incierto y especulativo mundo de lo Gourmet, donde los mandatos de qué y cómo comer, tergiversan las ideas sobre lo que es comer bien, suprimen la cultura, alteran la comensalidad, desaparecen la comida de verdad, todo lo mercadeable lo vuelven saludable y dejan la culinaria real a la deriva, en un vasto espacio de sospechosas posibilidades al elegir lo que comemos.

Menú

Picoteo

Empanada de Morcilla

Buñuelo de arracacha

Ceviche de cerdo

Fritura de esquina

Mecato de carreta (Cidra con limón y sal)

Caldo de res

El postre

Envuelto de yuca con

Merengue de gelatina de pata y chocolate.

Para tomar

Lulada envenenada

Reservas al +57 300 6251234

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